domingo, 27 de noviembre de 2011

Descubrimientos geográficos (y III)


7. Resumen del contenido

El tema versa sobre la primera expansión marítima de los europeos desde comienzos del siglo XV hasta mediados del siglo XVI. Iniciada por los portugueses, pronto se sumarán los castellanos y, ya en el siglo XVI, tras el descubrimiento de América, los franceses y los ingleses, aunque con resultados muy desiguales y con objetivos diferentes, pero aprovechando los avances técnicos desarrollados y aplicados a la navegación, como la brújula, el astrolabio, los portulanos, las tablas trigonométricas y la carabela.
El control terrestre de la ruta de las especias por el Imperio Otomano a mediados del siglo XV y el monopolio ejercido por Venecia, dada su estratégica posición en el Mediterráneo Oriental, obligará a las potencias navales del Mediterráneo Occidental a buscar nuevas vías comerciales, especialmente a Génova, cuyos mercaderes ya se habían adentrado en el Atlántico en el siglo XIV e instalado en Portugal y Castilla con la finalidad de controlar el tráfico mercantil entre el Sur y el Norte de Europa. Pero en esta búsqueda, los auténticos beneficiados fueron los portugueses, que se habían instalado en Marruecos impulsados por el espíritu de cruzada de la nobleza portuguesa y por la dependencia que tenían de cereales en esta zona. Después, la necesidad de conectar con las regiones productoras del oro africano y de los esclavos negros, vitales para el cultivo de azúcar en sus islas atlánticas (Madeira, Azores y Santo Tomé), y de acceder a los centros productores de las especias asiáticas, llevaría a los portugueses a bordear la costa atlántica africana, alcanzar el cabo de Nueva Esperanza en 1488 y; finalmente, enlazar con Asía durante la expedición de Vasco de Gama y establecer las primeras factorías europeas en India y en el sudeste asiático.
En esta pugna por encontrar nuevas rutas marítimas que unieran a Europa con Asia los monarcas castellanos participaron muy activamente, sobre todo a partir de 1488. Su principal actuación, en este sentido, aparte de la conquista de las Islas Canarias, fue financiar el primer viaje de Cristóbal Colón, empresa decisiva para su tiempo en tanto en cuanto que permitió descubrir, aunque por casualidad, un nuevo continente, América, si bien el propósito del viaje fuera muy distinto: alcanzar la costa asiática navegando hacia el este. Tras el descubrimiento, los posteriores viajes que realizaron los españoles hacia el Nuevo Mundo estuvieron dirigidos a la exploración de otros territorios y a la colonización de los ya descubiertos, primero la isla La Española y, agotados sus yacimientos auríferos y diezmada su población indígena, el resto de las Antillas y el continente, cada vez mejor conocido gracias a los viajes de Juan de la Cosa y Americo Vespucio, entre otros navegantes. Todos estos descubrimientos, y su correspondiente cartografía, facilitarán finalmente la circunvalación del mundo por Fernando Magallanes y Juan Sebastián Elcano, quienes aspiraban a encontrar una vía distinta a la ya conocida de África para conectar Asia con Europa y evitar tener que enfrentarse a Portugal.
Ingleses y franceses, en cuanto tuvieron noticia del éxito del primer viaje de Colón, también organizaron viajes hacia América, aunque los resultados obtenidos fueron desalentadores. Portugal, por su parte, se adentró en el Atlántico septentrional, al amparo del Tratado de Tordesillas, llegando sus marinos a Terranova, la península del Labrador y Groenlandia, al tiempo que otras expediciones recalaron en la costa de Brasil donde establecieron sus primeros asentamientos.
Lo más interesante de esta primera fase de expansión de los europeos por África, Asía y América es que Portugal y España organizan rápidamente los mecanismos de ocupación y explotación de sus nuevas posesiones. La corona portuguesa, consolidadas una serie de plazas avanzadas en la costa africana, se lanzará de lleno a la conquista de enclaves estratégicos en Asia con la finalidad de dominar el comercio de las especias, creando a tal efecto fortalezas y factorías cuya supervivencia quedaba garantizada por el establecimiento de una armada permanente en la zona, lo que permitiría, después de numerosas escaramuzas, hacerse con el control de la península indostánica y dirigir su atención hacia el golfo pérsico y Ormuz, plaza clave para la ruta del comercio especiero que conectaba el Mar Rojo con el Mediterráneo Oriental a través de Egipto. Pero Portugal va más lejos: consciente de que la India no era el centro productor de las especias, sino un gran mercado, tras ocupar Goa en 1510 se desplaza rápidamente hacia Malaca, que conquista en 1511, y hacia Sumatra, al tiempo que logra instalarse en Macao con el favor de China y establecer importantes contactos comerciales con Japón.
En el caso español, la ocupación de América se efectúa de manera muy diferente a la realizada en África y Asia por Portugal, a excepción de Brasil, donde el modelo de colonización es muy similar al de España. La creación, en Sevilla, de la Casa de Contratación de las Indias (1503), confirma el interés comercial de los castellanos en la empresa americana, tanto o más que su evangelización. La progresiva colonización del territorio llevó a la corona española a crear una sección especial en el Consejo de Castilla para la administración y gobierno de estos territorios ya en 1519 y que será el punto de partida del posterior Consejo Real y Supremo de las Indias instituido por Carlos I en 1524. El sistema de la encomienda, por el cual los españoles se beneficiaban del trabajo de los indígenas, originó numerosos abusos que llevaron en 1512 a la promulgación por la corona de las Leyes de Burgos, con las que se intentaba frenar la explotación indiscriminadada de los aborígenes al establecer la obligatoriedad para los colonos de abonarles un salario y una jornada de trabajo, y de procurarles alojamiento. En estas condiciones, la posibilidad de un rápido enriquecimiento para los españoles se desmoronaba, por lo que muchos optaron por colonizar nuevos territorios: el descubrimiento de la península de Yucatán por Francisco Fernández de Córdoba en 1517 y el posterior viaje de Juan de Grijalva, que recorrió todo el litoral de la península, entrevistándose además con enviados de Tenochtitlán, fueron decisivos para la penetración de los españoles en el continente y la conquista de México, la cual generó a su vez nuevas expediciones hacia el sur y hacia el norte, descubriéndose la península de Florida. Por otro lado, desde Panamá, fundada en 1518, se organizan expediciones a la América meridional con la esperanza de encontrar el mítico El Dorado, lo que llevaría, finalmente, a la conquista de Perú por Diego de Almagro y Francisco Pizarro, y a toda una serie de expediciones que poco a poco irían anexionando a la corona nuevos territorios. Los descubrimientos portugueses y españoles tuvieron un fuerte impacto en Europa: cultural, desde luego, pero ante todo económico. Porque si bien Venecia prosiguió comerciando con las especias, al menos en el Mediterráneo Oriental, durante el siglo XVI, fue Portugal la que prácticamente acaparó y monopolizo este negocio en la segunda mitad del Quinientos y primeras décadas del siglo XVII, cuando su privilegiada posición en Asia fue minada por los holandeses. En el caso español, la ocupación de la Española y la conquista de México y Perú supusieron el envío hacia Europa en los primeros años del siglo XVI de importantes remesas de oro, que se mantuvieron hasta 1560, cuando el descubrimiento y explotación de valiosos yacimientos de plata inundaron los mercados europeos de este preciado metal y aun los asiáticos a través del Galeón de Manila que conectaba América con las Islas Filipinas y a éstas con China, cuya demanda de plata incrementó notablemente los intercambios comerciales con el imperio hispánico. Todo ello suscitó, además, una fuerte emigración de castellanos hacia América y la necesidad de la corona española de establecer cauces de gobierno que aseguraran el control de territorios tan alejados: las Leyes Nuevas de 1542-1543 son el punto de inflexión en este sentido, ya que con ellas se ponen los pilares para la reforma de la administración indiana y la convivencia entre españoles e indígenas con la eliminación de la esclavitud y la erradicación, en lo posible, de la encomienda, al mismo tiempo que se regulaba el modo de hacer nuevos descubrimientos y se creaban virreinatos y audiencias.

8. Glosario
  • Cristóbal Colón.
  • Fernando Magallanes.
  • Juan Sebastián Elcano.
  • Vasco de Gama.
  • Capitulaciones de Santa Fe (1492).
  • Tratado de Tordesillas (1494).
  • Leyes de Burgos (1512).
  • Factoria.
  • Encomienda.
  • Casa de Contratación de las Indias (1503).
  • Consejo Real y Supremo de las Indias (1524).

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