sábado, 2 de junio de 2012

Comentario del libro 'La guerra de los Cien años' de Edouard Perroy (y III)


Comentario crítico
La historiografía tradicional establece el inicio de la Guerra de los Cien años en 1337 y su finalización en 1453. Como todo conflicto de gran envergadura, las causas son variadas y se tienen que buscar algunos años antes del estallido bélico. El libro explica todos los aspectos relacionados con la guerra (políticos, sociales, económicos, dinásticos, feudales, etc.). El autor hace muchos juicios morales y de valor de los personajes más importantes de la época. Nos recuerda en el prólogo que el libro lo escribió con unas pocas notas que había tomado y que podría haber inexactitudes en ciertos acontecimientos narrados.
Una de las características más repetidas a lo largo de la contienda, y que el autor nos recuerda constantemente,  fue la escasez de fondos para abastecer a ambos ejércitos. No queda dudas que la falta de liquidez fue la causa principal de las largas treguas (factor económico). El reclutamiento y el mantenimiento de tropas exigían recursos abundantes e ininterrumpidos. Y precisamente esa falta de liquidez de ambas coronas fue la tónica habitual de la época. También explica todas las reformas administrativas, monetarias, políticas y militares de la monarquía francesa e inglesa. Como es obvio el hilo argumental es el de la guerra entre los Plantagenet y los Valois. Sin embargo el autor describe con más o menos profundidad otros acontecimientos muy relacionados con el conflicto. Así comenta el impacto de la Peste Negra en los dos reinos, explica los intentos de la alta jerarquía eclesiástica en evitar la guerra, la influencia de los papas de Aviñon y el Gran Cisma de Occidente (con dos papas, uno reconocido por París y el otro por Londres). Se menciona brevemente la herejía de Wynclif y la puesta en marcha de la inquisición. El descontento de las ciudades y el campo quedan bien retratados por las innumerables revueltas que ejercieron su influencia en el devenir de los acontecimientos. El autor también hace mención de la prolongación del conflicto en tierras castellanas y del grave problema que provocaron los routiers en tierras francesas. Perroy enlaza el fin de la guerra con el inicio de la Guerra de las Dos Rosas en Inglaterra. En resumen, se tiene un marco bien definido, con las causas del conflicto bien enumeradas, el desarrollo de los acontecimientos explicados de forma quizás demasiado exhaustiva y un desenlace bastante claro.

Valoración personal
La lectura de la obra se hace excesivamente engorrosa (tal vez la maquetación del libro ayude a ello). El estilo de escritura es bastante árido (no sé si ello se debe al propio autor o a la traducción de la obra) con lo que se dificulta la lectura. Tampoco existe ningún material gráfico que ayude a comprender el conflicto en toda su globalidad (entre tanta descripción de cabalgadas y movimiento de tropas se echa de menos mapas de las regiones, una cronología de los hechos más importantes, un árbol genealógico de las dos dinastías…). Por lo menos hay un índice onomástico y toponímico. Como es habitual en este tipo de obras se sigue un orden cronológico aunque a veces se adelantan acontecimientos y otros se retoman posteriormente. El hilo argumental no siempre es sencillo de seguir ya que el autor profundiza mucho en los nombres propios, en las regiones geográficas, en datos económicos, en conflictos locales, en tratados y treguas, etc. Otro inconveniente del libro es su antigüedad. Publicado en 1945 parece claro que algunos de los hechos narrados necesitan una revisión. Incluso el autor en el prólogo deja claro que en el proceso de elaboración del libro ha podido cometer algunos fallos. Por mi parte he podido detectar algún error de impresión (reyes mal numerados, fechas incorrectas). Para terminar solo añadir que la nacionalidad del autor puede ser determinante (aunque no debería) a la hora de valorar ciertos hechos.

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