lunes, 9 de julio de 2012

Ejercicios de historia medieval (IV)




¿En qué consistió la política centralizadora de los Papas de Aviñón?

Con la elección de Clemente V, a principios del siglo XIV, se inicia el periodo del Papado de Aviñón o Cautividad de Aviñón marcado por un largo periodo de incertidumbre que finalizará con el posterior Cisma de Occidente. Durante casi setenta años los siete papas franceses que residieron en esa ciudad ejercieron una descarada política nepotista (colocaban a familiares en puestos destacados de la Curia Pontificia sin tomar en cuenta la competencia de los mismos para la labor, sino su lealtad o alianza) y fueron fieles ejecutores de los deseos del rey francés. Durante la época de Aviñón se adoptaron muchos rasgos de la corte real; el estilo de vida de sus cardenales recordaba más al de Príncipes que al propio de clérigos, más y más cardenales franceses, a menudo parientes del papa regente, adquirieron puestos clave y la proximidad de tropas francesas fue un recordatorio constante de dónde residía el poder secular.
El papa Juan XXII fue el gran impulsor de la burocratización que se llevó a cabo durante el periodo aviñonés, y que se fue perfeccionando, posteriormente, hasta hacer que la administración pontificia fuera la más eficaz de todas. Se creó el Registro de la Cámara Apostólica, se reorganizó la Cancillería,  se implantó la Limosnería (encargada del reparto de limosnas a los pobres), se estableció la Penitenciaría (encargada de dilucidar todas las apelaciones y dispensas por defecto que llegaban al Papa) y se creó el Tribunal de la Sacra Rota, llamado así por que los juristas eclesiásticos a él adscritos lo hacía por turnos (rotatim). Distintos aspectos (construcción del Palacio Papal, reconquista de los Estados Pontificios, elevada burocracia, etc.) incrementaron el gasto del Papado por lo que hubo que acudir a un aumento de las tasas, sobre los cargos o beneficios eclesiásticos que controlaban los Papas. Todo estaba tasado y todo era poco para cubrir los enormes gastos que generaba la Curia lo que redundó en la pésima imagen de los papas de este periodo.


¿Cómo fue la génesis bajomedieval del Estado Moderno?

Como génesis medieval del Estado moderno se entiende el proceso por el que algunas monarquías occidentales (Francia, Castilla, Inglaterra, Portugal) pasaron, durante la Baja Edad Media, de una organización feudo vasallática a otra centralizada de características estatales y absolutistas. En los siglos XIV y XV se observa una progresiva evolución desde las monarquías feudales donde predominaban los vínculos privados de naturaleza personal hacia un Estado nacional y centralizado con una compleja burocracia, un ejército permanente que sirve al rey y una potente fiscalidad para poder financiar dicho ejército. Se pasa de ser vasallo de un señor a ser súbdito de un monarca (aunque seguirá existiendo señoríos). Se asiste a una creciente centralización política y económica, a la extensión y ampliación de la capacidad decisoria de la administración real y a la consolidación de la monarquía autoritaria como eje central de un sistema político complejo. Es difícil establecer con claridad la fase inicial del proceso aunque ya se observan evidencias en el siglo XIII en Sicilia, Castilla y Francia. La transformación no fue continua ya que experimentó diversos altibajos duran-te el siglo XIV (la crisis demográfica debido a las guerras, el hambre y la peste contribuyó a ello) pero acabó imponiéndose en el siglo siguiente en reinos como Castilla, Francia o Inglaterra. Uno de los aspectos más destacados en este proceso de consolidación del Estado Moderno es el progresivo incremento de la autoridad regia. El rey ostenta el poder legislativo (aunque existen órganos de representación del clero, la nobleza y la alta burguesía), dispone de un ejército permanente e incrementa la presión fiscal de sus súbditos. Al centralizarse el poder es necesario un incremento significativo en el aparato burocrático (organismos financieros, tribunal de justicia…).  Este proceso de génesis también tuvo repercusiones a nivel eclesiástico con la reivindicación del derecho del patronato regio (recorte en la jurisdicción del papa sobre el clero de cada reino) por parte de los monarcas y en el pensamiento político con la secularización de los fundamentos del poder político (no se reconoce a ningún poder superior al rey y se utilizan complejos sistemas ideológicos para enaltecer la figura del monarca).

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