domingo, 6 de enero de 2013

Glosario de Historia del Mundo Actual (VI)


Nacionalismo: 
El término nacionalismo se puede utilizar en dos sentidos, el primero muy amplio y el segundo más estricto. Por un lado para referirse a todas las manifestaciones culturales y políticas que se basan en el sentimiento de solidaridad entre los ciudadanos de un Estado y de adhesión a los valores que dicho Estado representa, es decir como sinónimo de sentimiento patriótico. En ese sentido el nacionalismo está presente en todas las democracias, ya que el consenso democrático resulta difícil si los ciudadanos no se sienten partícipes en un proyecto común, algo que habitualmente se denomina patriotismo. Y por otro para referirse a una doctrina política cuyo núcleo central es la convicción de que la humanidad está dividida naturalmente en un tipo peculiar de comunidades básicas, denominadas naciones, a cada una de las cuales corresponde la soberanía sobre determinado territorio.
El nacionalismo en sentido estricto es una doctrina que surgió a fines del siglo XVIII por obra de pensadores como el alemán Johann Gotfried Herder y que ha tenido una gran influencia a lo largo de los siglos XIX y XX. Sus orígenes temporales coinciden pues con los de la democracia y no es extraño que así sea. Cuando la soberanía se atribuía a los monarcas, la identidad de sus súbditos no tenía trascendencia política y de hecho las ciudades y territorios podían pasar de una soberanía a otra al azar de las herencias dinásticas y de las guerras. La democracia parte sin embargo del principio de soberanía popular y a partir de ahí la identidad nacional de los ciudadanos adquiere una mayor relevancia política. Históricamente se han seguido dos vías hacia el nacionalismo. La primera ha sido la de identificar a la nación, sujeto de la soberanía nacional, como el conjunto de los habitantes de un determinado Estado, que a veces es de origen dinástico, como en los casos de Francia, España, China o Japón, y otras veces tiene un origen colonial, como ocurre con la mayoría de los estados americanos o africanos. La segunda sido la de atribuir esa soberanía a una nación cultural, es decir a una nación definida por unos rasgos culturales específicos, cuyo territorio puede no coincidir con el de un Estado ya existente, sino estar englobado en un Estado más amplio (como Irlanda en el Reino Unido) o dividido entre varios Estados (como Alemania, Italia o Polonia). En el primer caso la nación queda delimitada por unas fronteras que son el resultado de una sucesión de azares históricos, como uniones dinásticas o victorias militares, mientras que en el segundo es el propio movimiento nacionalista el que se arroga la capacidad de identificar los límites de la nación soberana.
Cuando la nación identificada por los nacionalistas coincide con un Estado preexistente, su objetivo será reforzar los rasgos culturales comunes que diferencian a ese Estado respecto a sus vecinos, es decir esforzarse a crear una identidad cultural diferenciada, y a su vez promover la homogeneidad cultural en el interior de sus fronteras. Cuando la nación identificada por los nacionalistas resulta en cambio estar dividida en varios estados o sometida a estados que los nacionalistas consideran extranjeros, el movimiento nacionalista ha de plantearse necesariamente tres cuestiones: cuáles son las fronteras de su nación, cuales son los rasgos culturales que diferencian a los miembros de esa nación respecto a sus vecinos y cual es el grado de autogobierno político que desean para su nación.

Naciones Unidas: 
La Organización de Naciones Unidas, o más sencillamente Naciones Unidas, es una organización internacional fundada tras la Segunda Guerra Mundial para defender la paz y la seguridad y promover los derechos humanos y el desarrollo económico y social.
El primero en usar la expresión naciones unidas fue el presidente americano Franklin D. Roosevelt, que lo empleó para referirse a las naciones aliadas que combatían en la guerra mundial, y su primer uso oficial fue en la Carta del Atlántico, suscrita en enero de 1942 por los gobiernos de 26 países.
En abril de 1945 se inició la conferencia de San Francisco, en la que se aprobó la Carta de la nueva organización. La primera Asamblea General se celebró en Londres en enero de 1946, con la participación de los 51 Estados que inicialmente se incorporaron.
En la actualidad cuenta con 192 Estados miembros. Sus lenguas oficiales son árabe, chino, español, francés, inglés y ruso (el árabe se añadió en 1973 a los cinco originales). Las lenguas utilizadas por el Secretariado son francés e inglés. Sus cinco órganos principales son la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social, el Secretariado y el Tribunal Internacional de Justicia. La sede de los cuatro primeros se halla en Nueva York, mientras que el Tribunal tiene su sede en La Haya. El sistema de Naciones Unidas cuenta también con diversas agencias especializadas, cuyas sedes se reparten por diversos países del mundo.
La Asamblea General, integrada por todos los países miembros, es un órgano deliberativo que celebra sesión una vez al año. Excepto en lo que afectan al presupuesto de la propia organización, sus resoluciones no son vinculantes para los países miembros aunque tienen un valor político importante. Los convenios internacionales aprobados por la Asamblea no entran en vigor hasta que son ratificados por un número determinado de Estados y sólo son vinculantes para los Estados que los ratifican. Las decisiones principales han de ser tomadas por mayoría de dos tercios de los Estados miembros.
El Consejo de Seguridad es el encargado de velar por la paz y la seguridad internacionales. A diferencia de los restantes órganos de Naciones Unidas, que sólo pueden hacer recomendaciones, las resoluciones del Consejo de Seguridad acerca de las obligaciones asumidas por los Estados miembros han asumido conforme al artículo 25 de la Carta, son vinculantes. Lo integran 15 Estados, de los cuales cinco, China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia (es decir los vencedores de la Segunda Guerra Mundial) son miembros permanentes con derecho a veto. El derecho a veto permite a cada uno de los cinco miembros permanentes evitar la adopción de resoluciones a las que se opone, pero no evitar que se debatan. Los diez miembros no permanentes son elegidos por la Asamblea General sobre una base regional y con un mandato de dos años. Las propuestas de reformar el Consejo de Seguridad, incluida la incorporación de nuevos miembros permanentes, no han salido adelante por falta de consenso.
El Secretariado, integrado por funcionarios internacionales independientes de sus respectivos gobiernos y está encabezado por el Secretario General, que es el responsable de la selección de esos funcionarios. Tiene la misión de impulsar las resoluciones adoptadas por la Asamblea General, el Consejo de Seguridad y otros organismos de Naciones Unidas, así como recabar la información y preparar los estudios necesarios. El Secretario General es nombrado por la Asamblea General a propuesta del Consejo de Seguridad, cada uno de cuyos miembros permanentes tiene derecho al veto respecto a la propuesta. Representa la cabeza visible de Naciones Unidas y su autoridad moral como mediador en problemas internacionales es grande. Sus principales tareas son contribuir a la resolución de conflictos, dirigir las operaciones de mantenimiento de la paz y organizar conferencias internacionales. La costumbre es que ejerza su función durante uno o dos mandatos sucesivos, que su procedencia geográfica sea rotatoria y que no provenga de ninguno de los Estados miembros permanentes del Consejo de Seguridad. El actual Secretario General es el coreano Ban-kimoon y su inmediato antecesor fue el nigeriano Koffi Annan.
El Consejo Económico y Social está integrado por 54 miembros, elegidos por la Asamblea General para un período de tres años y se reúne cada año durante una sesión de cuatro semanas, además de celebrar una reunión anual con responsables del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Su misión es apoyar a la Asamblea General en la promoción de la cooperación y el desarrollo económico y social. Coordina varias agencias especializadas de Naciones Unidas.
El Tribunal Internacional de Justicia, con sede en La Haya, fue establecido por la Carta de Naciones Unidas de 1945 y es continuador del Tribunal Permanente de Justicia Internacional, creado en 1922 por la Sociedad de Naciones. Se ocupa de crímenes de guerra y otras cuestiones de derecho internacional. No debe confundirse con el Tribunal Penal Internacional, que opera desde 2002 y se
ocupa de los crímenes de derecho internacional más graves, como genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, que no forma parte del sistema de Naciones Unidas aunque tiene un acuerdo de relación.
Las agencias especializadas de Naciones Unidas más conocidas son la Agencia Internacional de la Energía Atómica, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de la Salud y la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Neoliberalismo:
El término neoliberalismo tiene una fuerte carga polémica, porque lo emplean sobre todo los críticos de la liberalización económica para desacreditar las políticas que denuncian. Su uso comenzó a extenderse en los años setenta del siglo XX, especialmente en América Latina, donde se aplicó a la política económica de Pinochet en Chile, y su contenido se precisó cuando en 1990 Johm Williamson forjó la expresión “consenso de Washington” para referirse a las medidas “neoliberales” impulsadas en todo el mundo por dos instituciones internacionales con sede en Washington, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Según Williamson, los diez elementos del “consenso de Washington” son;

  • Una política fiscal que evite el déficit público, salvo transitoriamente en circunstancias de crisis.
  • Una reorientación del gasto público que reduzca los subsidios directos indiscriminados y se centre en la educación primaria, la sanidad básica y la inversión en infraestructuras.
  • Una reducción de la presión fiscal excesiva, para estimular la innovación y la eficiencia.
  • Unas tasas de interés acordes con la situación del mercado, positivas en términos reales pero moderadas.
  • Libre fluctuación de las tasas d cambio de la moneda.
  • Liberalización del comercio exterior.
  • Liberalización de los flujos internacionales de capital.
  • Privatización de empresas públicas.
  • Desregulación, es decir eliminación de las medidas que restringen la libre competencia, salvo las requeridas por motivos de seguridad, protección del medio ambiente y protección de los consumidores,
  • Garantía jurídica de los derechos de propiedad.
  • Desarrollo del sistema bancario.

A pesar de su carga polémica, el término neoliberalismo resulta útil para destacar que durante las tres últimas décadas el período de intervencionismo estatal que se inició en los años treinta y se inspiró en Keynes ha dado paso a un regreso de los principios del liberalismo clásico, aunque ello no ha supuesto una renuncia al Estado del bienestar. La Gran Recesión iniciada en 2008 ha planteado la necesidad de una regulación más adecuada de ciertas prácticas financieras, pero no ha puesto en cuestión la confianza general en el libre funcionamiento de la economía de mercado.
Por su parte, los críticos del neoliberalismo argumentan que reduce la soberanía económica de los Estados, cuya política se ve condicionada por la respuesta de los mercados internacionales, incrementa la desigualdad social y reduce el poder negociador de los trabajadores.

Organización Mundial de Comercio: 
La Organización Mundial de Comercio es desde 1995 la encargada de promover el libre comercio entre las naciones, tarea que desde 1948 se venía realizando en el marco del Acuerdo General sobre Comercio y Tarifas (GATT). Favorece la firma de acuerdos entre sus miembros y resuelve las disputas surgidas entre estos por la aplicación de dichos convenios. Actualmente tiene 153 miembros, que incluyen no sólo a Estados soberanos sino también a territorios con autonomía
aduanera, como Hong Kong y Taiwán. Los principales países que todavía no tienen la condición de miembros son Rusia, Irán e Irak.
Los principios del libre comercio en los que se basa la Organización Mundial de Comercio son la no discriminación (que implica que un miembro debe conceder el mismo trato a todos los demás países miembros, y no puede favorecer a los productos nacionales frente a los importados mediante barreras de diverso tipo), la reciprocidad, el carácter vinculante de los convenios, la transparencia (que obliga a los miembros a hacer publicas sus regulaciones comerciales) y la aceptación de excepciones en circunstancias específicas. Un elemento clave del sistema, establecido en el acta fundacional de 1994 es el acuerdo sobre resolución de disputas, por el que si un miembro cero que otro esta violando el convenio se compromete a resolver la cuestión por el procedimiento multilateral acordado en vez de recurrir a represalias unilaterales.
El antecedente de la OMC se encuentra en el GATT, un acuerdo suscrito en 1947 como parte del esfuerzo por asegurar la cooperación y el desarrollo económico que llevó también a la creación del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Este acuerdo se desarrolló a través de sucesivas rondas de negociaciones, la última de las cuales fue la ronda Uruguay, que se prolongó durante ocho años. Esta ronda, iniciada en la reunión de Punta del Este (Uruguay) en 1986, concluyó en la de Marrakech (Marruecos) en 1994, en la que se revisó el acuerdo inicial de 1947 y se decidió la fundación de la OMC. El GATT revisado de 1994 es el más importante de los acuerdos supervisados por la OMC, cuyo número total es de sesenta y que abarcan no sólo cuestiones referentes al comercio de bienes, sino también al sector de servicios y a la propiedad intelectual.
Las conferencias ministeriales de la OMC, en las que participan todos los miembros, se suelen celebrar cada dos años. En la cuarta, celebrada en Doha (Qatar) en 2001, se inició una ronda de negociaciones que todavía no ha concluido, la ronda Doha. El principal obstáculo con el que se encuentra este acuerdo es el proteccionismo agrícola de los países desarrollados como Estados Unidos y la Unión Europea, que los países en desarrollo denuncian como contrario a los principios del libre comercio. A su vez los países en desarrollo se muestran reacios a adoptar los llamadas temas de Singapur, nuevas cuestiones referentes a contratos gubernamentales, comercio, inversiones y competencia, que la Unión Europea y Japón plantearon en la conferencia inaugural de la OMC, celebrada en Singapur en 1996.

Fuente: Juan Avilés

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