martes, 14 de mayo de 2013

¿Cómo influyó la segunda guerra mundial en la idea de Europa?



El comienzo de la II Guerra Mundial y el pacto germano-soviético, animaron un viejo, pero inconcreto proyecto de unión federal franco-británica.

En noviembre de 1938, coincidiendo con la crisis de los Sudetes, un grupo de europeístas británicos creó la Unión Federal, que defendió entusiásticamente la Federación de Francia y el Reino Unido, llegando a contar con 12.000 miembros. Pero estos esfuerzos paneuropeos en un contexto de retroceso de la democracia, auge de los fascismos, el más feroz nacionalismo económico de los estados y las próximas crisis internacionales que llevarían a una nueva guerra europea, lo hicieron inviable. Cuando en la primavera de 1940, se activó el frente occidental con la invasión de Bélgica y Holanda, se redactó un proyecto de Unión franco-británica que incluía unificación económica y de la defensa y una ciudadanía común.

El primer ministro británico, Winston Churchill, lo aceptó. Churchill propuso en junio de 1940 al gobierno francés de Paul Reynaud una unión que se basaba en los estudios económicos llevados a cabo por Toynbee y en algunas propuestas de Monnet.

Pero al día siguiente, el Presidente del Gobierno francés, no logró que fuera aprobada la Unión en un Consejo de Ministros en el que se acordó solicitar el armisticio a los alemanes, surgiendo así la Francia colaboracionista del mariscal Pétain que no mostró el más mínimo interés en seguir avanzando hacia la integración con el Reino Unido de Churchill.

Este conflicto pareció representar el fracaso de los ideales paneuropeos, aunque a la postre, como sucediera en 1914-18, funcionó como un motor de los procesos de integración continental.

Los ideólogos nazis buscaron establecer el Nuevo Orden Europeo, es decir, la hegemonía de la Gran Alemania, que entre 1941 y 1944 abarcó casi todo el espacio centroeuropeo, con una radical transformación del mapa continental. Más allá de la ocupación militar, el Nuevo Orden se apoyaba en la existencia de dictaduras filonazis y en la subordinación de las economías nacionales a los intereses de Alemania. Buscando el espacio vital del pueblo alemán (lebensraum), o las políticas de exterminio de las minorías raciales, se planteaban doctrinas revisionistas respecto a la Paz de París para beneficiar a sus aliados húngaros, búlgaros, eslovacos o croatas.. Este Nuevo Orden se apoyaba en dictaduras filonazis o filofascistas En este último sentido lanzaron un plan de Unión Económica Europea, que suponía la desaparición de las aduanas interiores, la creación de un Banco Central Europeo con sede en Berlín y acuerdos sobre intercambios comerciales que aseguraran el control germano sobre la economía europea. La propuesta fue lanzada por el embajador alemán en Vichy con el apoyo de Joachim von Ribbentrop. Pero en 1943 el Reich empezaba a perder la guerra.

Frente al Nuevo Orden, las fuerzas democráticas organizaron la defensa antifascista donde el paneuropeísmo cobró fuerza, ante la evidencia de que por segunda vez en una generación, la desunión de los pueblos europeos y la exacerbación de los nacionalismos habían conducido a una guerra mundial. Pero también el paneuropeísmo tomó fuerza entre muchos resistentes, ante la evidencia que por segunda vez durante una generación, la desunión de los pueblos europeos y la exacerbación de los nacionalismos habían conducido a una destructiva guerra mundial.

En Italia, un antiguo comunista, A. Spinelli, fue el impulsor del Manifiesto Ventotene, que preconizaba “una Europa libre y federal” y en agosto de 1943 fundó el Movimiento Federalista Europeo.

Fuente: usuario Eme del blog Página No Oficial de Uned-historia

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