martes, 24 de diciembre de 2013

De islámica a carolingia


Dentro de al-Ándalus

Solo fueron ochenta años y no han quedado casi restos, pero los musulmanes tuvieron guarnición en la ciudad bajo el mando de un valí. Después de un largo asedio, la perdieron en manos de los francos de Luis el Piadoso.


1. El paseo militar del islam
Mientras los visigodos se enredaban en una guerra civil, el estandarte verde del islam entraba en la península Ibérica, atravesaba los Pirineos y continuaba la marcha hacia el sur de la Galia (Ifranjia), ocupando Narbona (720) y Carcasona (725) hasta que los francos de Carlos Martel los frenaron definitivamente en Poitiers en el año 732.

En poco más de siete u ocho años habían conseguido conquistar casi todo el antiguo reino visigodo, si bien la mayoría de las ciudades debieron de capitular ante los ejércitos de Tariq (713 o 714), al-Hurr (717 o 718) y al-Samh (720). El paseo militar se explica más por la incapacidad de la nobleza hispanogoda y la poca disposición de las clases populares a organizar la resistencia que por superioridad numérica: las dos entradas destacables -unos 9.000 y 18.000 combatientes- fueron dirigidas por el bereber Tariq Ibn Ziiad (711) y el gobernador árabe Musa Ibn Nusair (712). Y entre el 711 y el 801 -pérdida de Barcelona-, los invasores fueron unos cien mil frente a una población autóctona de entre seis y nueve millones.

La calzada romana entre Zaragoza y los Pirineos habría sido la puerta de entrada a tierras catalanas antes de finales del 714, y aunque ciudades como Tarragona, Ampurias y Terrassa se resistieron y fueron destruidas, otras como Barcelona se salvaron firmando un pacto de capitulación.



2. Un valí en Barcelona
Cuando tuvieron dominado el territorio, aprovecharon las líneas principales de la administración visigoda, tanto civil como eclesiástica, y aunque el corto periodo de estancia en Barcelona no permitió configurarla según el modelo de ciudad islámica, instalaron una guarnición bajo responsabilidad de un valí (wali).

Los cristianos que no huyeron de la ciudad configuraron el colectivo de mozárabes, del mismo modo que, una vez entregada Barcelona a los francos, los musulmanes que permanecieron se convirtieron en mudéjares.


3. La conquista franca
Los ochenta años de dominio islámico acabaron el 4 de abril del 801, con la entrada de Luis el Piadoso en la ciudad.

Ya desde finales del reinado de Carlomagno diversos caudillos musulmanes enfrentados con el Gobierno cordobés ofrecían a los francos la entrega de las plazas que controlaban, en la zona de la cuenca del Ebro y la vertiente sur de los Pirineos. Es el caso del valí Sa'dun, que fue a Aquisgrán en el 797 a pedir ayuda contra Córdoba con la promesa de la sumisión de Barcelona. Al final, cambió de opinión pero no pudo impedir que la ciudad pasara a manos francas.

A pesar de los varios intentos, no logrados, del emirato cordobés para recuperar la ciudad, la relación entre Barcelona y los musulmanes no acabó aquí. Aparte de la trágica expedición de al-Mansur (985), los reinos de taifas aportaron a Barcelona una gran afluencia de oro musulmán que colaboró en su impulso económico posterior liderado desde el palacio condal. Además, los almorávides no pararon de enviar, hasta entrado el siglo XII, con más o menos suerte, diversas algaradas contra la ciudad.



4. Una gran desgracia para los musulmanes
«En el año 185 [20 enero del 801-9 enero del 802], el enemigo franco -¡que Dios lo maldiga!- conquistó la ciudad de Barcelona, en el extremo de la Frontera Oriental de los musulmanes con que limita. Aprovechando el periodo de agitación de la Frontera Superior contra el emir al-Hakam, ocupado en combatir contra sus tíos Sulayman y 'Abd Allah, el enemigo sorprendió en un descuido a los musulmanes. Penetró en esta frontera y se apropió de todo, llevando su guarnición y haciendo recular la de los musulmanes cerca de Barcelona, sobre la cual cayeron con todo su peso, asediándola con todas sus fuerzas. Al encontrarse el gobernador de la ciudad -entonces Sa'dun al-Ru'ayni- desamparado por los musulmanes, el enemigo se la quitó i trasladó hasta ella a la guarnición franca de la ciudad de Gerona. Esta fue una gran desgracia para los musulmanes».

Así explica Ibn Hayyan en la obra al-Muqtabis cómo los musulmanes perdieron Barcelona en manos de los francos. Una conquista decidida en una asamblea en Tolosa la primavera del año 800 que llevó al pie de las murallas barcelonesas a un ejército dirigido por el conde Rostany de Girona, el duque Guillermo de Tolosa y el conde Ademar de Narbona. Aunque Luis el Piadoso pasó buena parte del largo asedio en el Rosellón, parece que dos meses antes de la capitulación estuvo delante de las puertas de la ciudad que los musulmanes rindieron el 3 de abril del 801, Sábado Santo.


Entrevista web Història Dolors Bramon from bcn cat on Vimeo.

Fuentes:
  • De Bárcino a BCN
  • Capitel andalusí. En el Principado de Cataluña y en su capital han quedado muy pocos restos de la presencia islámica. Una es este capitel de piedra de finales del siglo X proveniente de Castellterçol (MNAC).
  • Escalera de acceso al Palacio Real Mayor. Escalinata de acceso a las dependencias del Palacio Real Mayor, primero condal, desde la plaza del Rei de Barcelona (Ajuntament de Barcelona).

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